El avión de la aerolínea boliviana Lamia que se estrelló en Colombia
cuando trasladaba al equipo del club Chapecoense no pudo partir desde
Sao Paulo por impedimentos legales, aclaró hoy la Agencia Nacional de
Aviación Civil (ANAC) de Brasil.
En el accidente, ocurrido cuando el avión se aproximaba a Medellín,
fallecieron 76 de las 81 personas que iban a bordo, entre las que se
cuentan muchos de los jugadores del Chapecoense, que iba a disputar el
primer partido de la final de la Copa Suramericana frente al Atlético
Nacional colombiano.
Por impedimentos legales citados por la ANAC, el Chapecoense no pudo
partir desde Sao Paulo directo hacia Medellín, como tenía previsto, y
debió viajar en un vuelo comercial hasta el aeropuerto de Santa Cruz de
la Sierra, en Bolivia, desde donde emprendió el viaje que acabó en
tragedia.
La ANAC, responsable de las operaciones aéreas en Brasil, explicó que,
en función de acuerdos internacionales, un avión fletado, como era el
caso, debe pertenecer a una empresa que opera en el país de partida o de
destino.
Según una nota de la ANAC, eso está establecido en la Convención de
Chicago, de 1944, de la que Brasil es signatario y que establece las
normas que rigen el derecho aeronáutico internacional, aunque existen
algunas excepciones fijadas por acuerdos bilaterales, que en este caso
no existen con Bolivia.
"El acuerdo con Bolivia no prevé operaciones como la solicitada" por el
Chapecoense, que había contratado a la aerolínea andina antes de pedir
autorización para que el avión partiera desde Brasil, dice la nota.
El comunicado agrega que el club "fue avisado de esa negativa" y de que
"la operación sólo podría ser hecha por una empresa brasileña o
colombiana".
Aún así, frente a esa situación, el Chapecoense optó por mantener el
vuelo con Lamia, una decisión que, al parecer, fue tomada porque la
aerolínea boliviana tiene experiencia en el traslado de equipos de
fútbol y ha trabajado ya con varios clubes suramericanos.
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