sábado, 7 de noviembre de 2015

En Brasil por fin vuelve Neymar



La espera terminó, Brasil por fin respira. Neymar vuelve a vestir la “10” de la seleçao para el clásico ante Argentina la semana que viene por el premundial, después de eternos cuatro partidos suspendido. El equipo comenzó muy mal el torneo clasificatorio, con derrota merecida ante Chile, y luego hizo ajustes que le permitieron sumar los primeros tres puntos ante Venezuela en casa.

La selección brasileña no convence desde hace mucho antes de que cayera humillada en “su” Mundial 2014 y luego en la Copa América de Chile. Neymar es el caballito de batalla de la seleçao, listo para echarse el equipo al hombro y luchar solo la victoria. Y su regreso llega en un momento clave: con tres puntos en la clasificación, un triunfo ante una albiceleste sin Lionel Messi es primordial.

“Contra Argentina es siempre una guerra” y el rival “necesita superar el no tener a Messi. Nosotros no tuvimos a Neymar en el arranque y estamos felices de que vuelva. Eso aumenta mucho nuestro potencial”, dijo el seleccionador Dunga.

Brasil y Argentina se enfrentan el 12 de noviembre en el estadio Monumental de Buenos Aires. Atrás quedó el cabello pintado en corte de mohicano, Neymar dejó de ser ese chico excéntrico y con zapatillas negras manda el mensaje: solo quiero jugar fútbol.

Y es lo que viene haciendo con el Barcelona y de qué manera. Con Messi en la tribuna recuperándose de una lesión, el menino maravilla anotó dos de los tres tantos de la victoria del Barça en la Liga de Campeones el miércoles ante el BATE Borisov. “Estoy viviendo un gran momento desde la temporada pasada y espero continuar así”, se felicitó.

Con el uniforme culé celebró por partida triple la temporada pasada, mientras que con el equipo nacional solo viene cosechando decepciones. Y fue lo que se vio aquel 17 de junio en Santiago de Chile frente a Colombia en la Copa América: un Neymar frustrado por la falta de respuesta de sus compañeros, perdidos en el campo.

Gritos y gestos de frustración se apoderaron de la anatomía del capitán, que terminó cayendo en una pelea con Jeison Murillo y Carlos Bacca, que le costó una tarjeta roja, y luego en una acalorada discusión con el árbitro chileno Enrique Osses. La Conmebol lo sancionó con cuatro partidos (dos de la Copa y dos de las eliminatorias), que terminaron el 13 de octubre en el Brasil-Venezuela (3-0) premundialista.

Martino necesita hacer ‘magia’

Jugar ante Brasil y Colombia sin Lionel Messi ni Sergio Agüero, y para colmo sumar solo un punto en la clasificatoria a Rusia 2018, fuerza a Gerardo Martino a sacar en Argentina conejos de la galera. Más que Tata (padre, en el argot) está obligado a ser “mago”. A la legión de lesionados que sufre, sin La Pulga del Barcelona y El Kun del Manchester City, se le acaban de sumar los defensas Ezequiel Garay, del ruso Zenit, y Pablo Zabaleta, otro ciudadano de los celestes ingleses.

La primera carta que sacó de la manga es el regreso de Gonzalo Higuaín. El Pipita del italiano Nápoles estaba en el ostracismo tras fallidos remates en la final aciaga del Mundial de Brasil y un penal a las nubes en el partido decisivo ante Chile por la Copa América 2015. Se quedó afuera de la sorpresiva derrota 2-0 ante Ecuador en casa y del melancólico empate sin goles ante Paraguay. Martino quiere en su lugar, como “nueve” dentro del área, a Carlos Tévez. El Apache es multicampeón en cuanto club aterriza pero en la selección desentona. No le gusta el puesto que le da el entrenador.

El torneo recién comienza pero el exitista aficionado argentino ve a la escuadra casi en capilla. Martino escuchó silbidos la noche del triunfo ecuatoriano en el estadio Monumental. Por Agüero, la baraja que juega es Ángel Correa, del Atlético de Madrid. Con su atrevimiento, fue el único que salvó la ropa ante Ecuador. Otro naipe que apareció en la mano de Martino fue convocar por Zabaleta a Gino Peruzzi, flamante campeón con Boca. Fue el joven que le ganó cuatro duelos personales al brasileño Neymar.

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