La final de la Copa Sudamericana, que disputarán hoy el Flamengo y el Independiente en el Maracaná, ha estado precedida por desórdenes causados en Río de Janeiro por hinchas del club brasileño, que fueron reprimidos por la Policía.
Las autoridades confirmaron hoy que se vieron obligadas a intervenir en incidentes ocurridos durante la madrugada en varios puntos de la ciudad e incluso frente al hotel en que se aloja el equipo argentino, en el barrio de Barra de Tijuca.
Según la Policía, en las cercanías del hotel se concentraron unas 500 personas, muchas de ellas vestidas con camisas del Flamengo, que lanzaron numerosos petardos con la clara intención de perturbar el descanso de la delegación del Independiente.
Algunos de los artefactos llegaron a hacer impacto contra las ventanas del hotel, al que incluso varios de los hinchas más exaltados intentaron ingresar por la fuerza, lo que fue reprimido por la Policía con el uso de bombas lacrimógenas.
El partido de vuelta de la final de la Copa Sudamericana será disputado esta misma noche en el estadio Maracaná, en el que se espera la presencia de unos 65.000 espectadores, de los cuales solo 4.000 serán seguidores del Independiente.
El Flamengo tiene el título cuesta arriba tras el partido de ida, disputado la semana pasada en Avellaneda y en el que Independiente se impuso por 2-1.
Sin embargo, según dijeron el entrenador del equipo carioca, el colombiano Reinaldo Rueda, y varios de sus jugadores, el Flamengo confía en su fútbol y en la presión que ejercerá su hinchada para revertir ese resultado.
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