Un trallazo desde fuera del área de Firmino dio la victoria (1-2) a una selección brasileña gris, que ofreció más oficio que buen fútbol ante una combativa Austria.
Este sexto amistoso del Brasil de la nueva era de Carlos Dunga -tras el fracaso del pasado Mundial- quedará en las estadísticas como el primero en el que encajó un gol, un penalti transformado por Aleksandar Dragovic en el minuto 75.
Austria planteó un partido intenso y físico, con la idea de presionar las líneas de pase brasileñas y aprovechar la velocidad de sus extremos.
A partir del minuto 60, Brasil impuso su músculo en el centro del campo y empezó a dominar el partido. En una acción de Firmino que salió a córner llegó el gol de David Luiz.
A los 75 Dragovic engañó a Diego Alves y marcó con un tiro raso.
Cuando parecía que el partido quedaría en tablas, Firmino soltó un latigazo desde fuera del área para el 1-2 final. EFE
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