sábado, 16 de junio de 2018

Tite, el dueño del balón



La disciplina y el rigor que consagraron a Fabio Capello y la humanización del atleta que permitió a Carlo Ancelotti demostrar que el fútbol es un estado de ánimo alentaron a Tite a redactar, editar y publicar su manual, el mismo que sirvió para rescatar a una selección que iba a la deriva.

Nació Adenor Leonardo Bacchi en el sureño estado de Rio Grande do Sul, el mismo del que provienen sus antecesores en la selección brasileña: Carlos Caetano Bledorn Verri “Dunga”y Luiz Felipe Scolari.

Pero Tite es la antítesis del carácter recio, inflexible y el trato a veces bronco que suele caracterizar a estos “gauchos”.

Con su constante disposición de incorporar experiencias, de adaptarse a novedades e incorporar métodos, Tite comenzó a trazar el cambio sin atentar contra dos tesoros del patrimonio futbolístico de los brasileños: los sueños y la fantasía.

Al cargo llegó el 1 de septiembre de 2016 impulsado por su exitoso paso por Corinthians. Tras ocho jornadas de eliminatorias del Mundial de Rusia convirtió a Brasil en el primer matriculado al enlazar ocho victorias, todo un hito para la región.

Nada parecido al panorama que se veía dos meses antes de la llegada del entrenador nacido hace 57 años en Caxias do Sul.

Con Dunga en el banquillo, la Canarinha se había desplomado al sexto puesto de las eliminatorias sudamericanas, ni en el puesto de repesca a Rusia.

Así que haber dado en medio de las turbulencias el golpe de timón que corrigió el rumbo, podría haber sido misión cumplida para cualquier técnico. Para Tite, no.

Hoy, admite sin rubor que Brasil debe encarar con naturalidad su condición de favorito para conquistar el Mundial. ¿Y cómo negarlo ante los números de su selección, que podrían ser la envidia de cualquier boxeador?

Desde que comenzó la era Tite, hoy hace dos años, la Canarinha ganó 17 veces, empató tres y perdió una; marcó 47 goles y encajó cinco.

Para entender los efectos del “método Tite” basta ver su comportamiento en el comienzo de los entrenamientos, que más parece un ritual y lo convierten, a juicio de los comentaristas locales, en “o dono da bola” (“el dueño del balón”).

Brasil debutará mañana domingo ante Suiza, por el grupo E que también comparte con Costa Rica y Serbia.

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