lunes, 3 de junio de 2013

El Neymar íntimo, humilde, alegre, creyente y responsable.


Neymar da Silva Santos Junior. Su nombre completo es ese y es por eso que en casa o sus amigos más cercanos lo llaman ‘Juninho’. La semana pasada su nombre se escribió en cientos de diarios del mundo luego de que el F.C. Barcelona confirmara su traspaso tras una ardua negociación. Pero, más allá de la danza de millones existe una historia, un desenlace casi de película de un chico que casi muere en un accidente con solo meses de nacido, o que se convirtió en padre a los 19 años.

Su cuna es humilde y quienes conocen a la familia lo confirman. Su padre, de quien heredó el nombre, fue un futbolista que jamás pudo llegar a primera pero que jugando en la segunda y tercera división como extremo derecho, logró el sostén de la familia por muchos años. De Neymar padre destacan su liderazgo positivo, su pasión por cada emprendimiento pero sobre todo por la forma en cómo crió a sus hijos. Les Inculcó valores, fe en Dios y respeto por el prójimo.

Es quizá por eso que ‘Juninho’ rompe el molde del jugador clásico: fue un buen estudiante hasta que acabó la secundaria. Dejó los libros solo para meterse de lleno en el fútbol y si no lo hacía seguro que sacaba una carrera. Cosme Salles, el barbero del padre, todavía recuerda aquella bronca que se llevó junto al pequeño Neymar cuando este llegó a casa con el peinado al estilo mohicano que hoy lo caracteriza. Nadie imaginó que ese recorte causara furor en Brasil.

Cientos de seguidores brasileños lo copiaron y los expertos en imagen explotaron al máximo aquel detalle. Pero no fue la única vez que ‘Juninho’ pasó calores. Con 18 años embarazó a una chica dos años menor que él en un noviazgo corto; la situación fue bastante difícil para la pareja, pero el joven decidió afrontarlo. Cuando lo comunicó en casa recibió una dura reprimenda no solo de don Neymar, sino de su madre, Nadine; pero desde el primer instante asumió la responsabilidad inculcada.

El diario Sport de Barcelona afirma que aquel ‘error’, Neymar supo convertirlo en “la mayor alegría de su vida”. “La paternidad me ayudó a madurar; el mundo se ve de otra manera”, le dijo al diario catalán. Aunque no viven juntos, hoy Davi Lucca es su vida, le compró un apartamento en Santos a la mamá y cada vez que puede aparece con el pequeño en los entrenamientos y en los festejos en la cancha. Estando en Barcelona no lo verá seguido pero dice tener un plan para que no le afecte demasiado su ausencia.

La responsabilidad adquirida en casa rápidamente se trasladó a la cancha; los preparadores físicos con los que trabajó en Santos elogian su compromiso en cada práctica, en que es el primero en llegar en los ejercicios difíciles en clara muestra de que no se sube a las nubes pese a que tiene motivos para hacerlo. Es más, su humildad quedó en evidencia al decir que “cumplo un sueño de jugar al lado de Messi, Xavi e Iniesta”. Sus lágrimas mientras escuchaba el himno brasileño en el último partido con la camiseta de Santos (ante Flamengo), lo ratifican.

Al borde de la muerte
En 1991, papá Neymar jugaba en Uniao Mogi, de la ciudad Mogi das Cruzes (unos 400.000 habitantes) cuando Nadine le dio una gran noticia: estaba embarazada de su primer hijo. El 5 de febrero de 1992 en el hospital Santa Casa de Misericordia, a las 2:15 de la ciudad, vino al mundo Neymar da Silva Santos Junior.
El nacimiento del pequeño llenó de alegría el hogar humilde de los Neymar. Pero un día, en un viaje entre Mogi das Cruzes y Santos, el auto en el que viajaban sufrió un accidente que por poco y le cuesta la vida a los tres. El padre sufrió una luxación de hombro y fractura de cadera que lo obligó a ser intervenido quirúrgicamente. Ese accidente prácticamente lo obligó a colgar las chuteras a los 32 años.
Nadine solo recibió golpes pero entró en la desesperación cuando por un instante el pequeño que llevaba en sus brazos no estaba. Tras el golpe, el pequeño resbaló entre sus piernas y, ensangrentado por los vidrios rotos, fue tomado de inmediato. Más allá de los cortes el pequeño no sufrió algo grave.

Cariño especial
Le tiene a Roberto Antonio do Santos, ‘Betinho’, que lo descubrió en 1998 cuando vio correr por las graderías a ‘Juninho’ mientras su padre jugaba un torneo en la playa. Él lo reclutó para el equipo de fútbol sala llamado Tumiarú donde sobresalió para después pasar al Portuguesa y Gremetal. De este último equipo se lo llevó Zito, responsable de las menores del Santos que fue y lo vio jugar anoticiado por un hincha y no dudó en reclutarlo. Aquí nació la leyenda que hoy cautiva al mundo

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