El ex futbolista y senador brasileño Romario manifestó este miércoles su deseo de presidir la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) para ayudarla a superar la crisis en que se hundió tras la decisión de la FIFA de suspender provisionalmente a su actual dirigente, Marco Polo Del Nero.
El campeón y goleador del Mundial de 1994 con la selección brasileña, un severo crítico de las últimas administraciones de la CBF por los escándalos de corrupción que la han salpicado, defendió la convocatoria de elecciones para la presidencia de la CBF y se dijo dispuesto a ser candidato.
"Muchos me preguntan si soy candidato, ya que ninguna otra persona luchó con tanto vigor contra esa cuadrilla, y a que es legítimo que presente mi candidatura. Entonces, la respuesta es sí. Puedo ser candidato", afirmó el ex goleador de clubes como el Barcelona y el Valencia españoles y el Flamengo brasileño en un mensaje que publicó en sus redes sociales.
Romario, que como senador lideró una comisión parlamentaria que investigó diferentes corruptelas en el fútbol brasileño, admitió sus aspiraciones cinco días después de que el Comité de Ética de la FIFA suspendiera a Del Nero por 90 días por violaciones a las reglas del organismo y lo prohibiera de ejercer cualquier función en relación con el fútbol.
El senador aseguró que investigaciones abiertas tanto en Estados Unidos como en Suiza han mostrado que tanto Del Nero como sus dos antecesores, Ricardo Teixeira y José María Marín -éste último preso en EE.UU.-, desviaron recursos de la CBF.
"El fútbol brasileño llegó al fondo del pozo en términos de vergüenza. No bastan las humillaciones en la cancha por la falta de renovación, enfrentamos una vergüenza internacional por ver los gestores del fútbol presos o imputados", afirmó.
Según el ex futbolista, tras los últimos escándalos, muchos se preguntan quién será el próximo presidente de la CBF y nadie duda de que pueda serlo alguno de sus vicepresidentes también implicados en casos de corrupción.
Romario se postuló como adversario de cualquiera de esos candidatos y denunció que los actuales estatutos de la entidad protegen a los corruptos e impiden la democracia ya que no permiten un aspirante externo.
"Tengo todos los requisitos para eso (presidir la CBF). Toda mi contribución al fútbol, dentro y fuera de la cancha, son mis credenciales", dijo.
"Hoy la CBF gasta más con lujos para sus dirigentes que con inversiones en el fútbol en sí, sin contar con los robos comprobados, como la compra de una sede con un sobreprecio y contratos de patrocinio fraudulentos", agregó.
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