La última vez que Brasil jugó un torneo importante en casa, Neymar fue sacado de la cancha en una camilla y con eso evitó participar en una vergonzosa derrota ante Alemania en las semifinales de la Copa del Mundo 2014.
Dos años después, el astro del club Barcelona busca remontar de esa decepcionante actuación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Si bien el torneo de fútbol olímpico no tiene la misma importancia de un Mundial, los Juegos de Río tienen un significado especial para el delantero brasileño. Neymar será una de las máximas estrellas del balompié en el encuentro y asumirá la responsabilidad de guiar al pentacampeón mundial a su primera medalla de oro olímpica.
"Es una oportunidad única", aseguró. "No solo para mí, sino para todo el equipo. Sabemos qué tan importante es esta medalla".
Todos los ojos apuntan al jugador de 24 años, que prefirió participar en las Olimpiadas que en la Copa América Centenario que recién se llevó a cabo en Estados Unidos. Brasil fue eliminado en la fase de grupos de ese torneo.
Debido a que no se trata de un torneo oficial de la FIFA, los equipos no están obligados a ceder a los jugadores para las Olimpiadas, pero Neymar y la confederación brasileña de fútbol negociaron con el Barza para que el delantero pudiera jugar en Río.
"Sé que hasta ahora esta medalla de oro ha eludido a Brasil, y nosotros haremos todo lo posible por ganarla", afirmó Neymar.
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