Brasil tardó 206 minutos, es decir dos partidos y 26 minutos del tercero para marcar su primer gol en los Juegos Olímpicos y clasificarse a cuartos de final con un 4-0 que dejó sin invicto a Dinamarca, alivió a Gabriel, Gabriel Jesus y Luan, pero no ayudó a Neymar a recuperar su protagonismo.
Con el capitán de la Canarinha como el principal blanco de las críticas al equipo dirigido por Rogério Micale, el escenario de desapareció gracias a los goles de sus compañeros de ataque y a la clasificación para la siguiente instancia.
En un solo partido la Canarinha elevó el valor de sus acciones al arrebatarle también a los daneses el primer lugar del grupo A y convertirse en la única selección imbatida de las dieciséis que tomaron parte en la primera fase.
Como líder de grupo, Brasil se citará el 13 de agosto en cuartos de final con Colombia, que terminó en el segundo puesto del B tras vencer horas antes por 2-0 a Nigeria, cuyo próximo rival será Dinamarca.
Los brasileños no necesitaron encandilar a su afición en el estadio Fonte Nova pero sí concretar algunas de las múltiples opciones de gol que gestaron a expensas de un rival ultradefensivo que fue asediado por Luan, Neymar, Gabriel Jesús y Gabriel ‘Gabigol’ Barbosa, este último autor de un doblete.
Los más incisivos fueron los Gabriel, que fueron permanentemente abastecidos con pases profundos desde la mitad por Luan y Renato Augusto mientras que el capitán Neymar sufría más que todos para sacarse de encima la marca cerrada del conjunto europeo.
Neymar terminó ansioso por no concretar en la puerta de Jeppe Hojbjerg y afectado por una torcedura en el tobillo izquierdo aunque tendrá días de tregua hasta el próximo partido por la victoria contundente de hoy.
A los 26 minutos, cuando ya se acumulaban dos apariciones claras, un cruce desde la izquierda a la banda opuesta de Douglas Santos pasó entre varias piernas danesas hasta caer libre al alcance de ‘Gabigol’, quien con pase sutil la tocó sobre un portero ya vencido.
El 0-1 cayó como un bálsamo para los anfitriones, que en adelante buscaron redondear la ventaja pero sin la necesidad de saber qué pasaba en el partido que al mismo tiempo jugaban Irak y Sudáfrica.
A los 40 Dinamarca prácticamente claudicó en su pretensión de sacar un empate al permitir con su defensa abierta y desorientada la entrada de Gabriel Jesús, el nuevo fichaje del Manchester City, para enviar el balón al fondo de la red con un puntazo.
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