El presidente en licencia de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Marco Polo Del Nero, compareció este miércoles ante el Senado para defender su inocencia dos semanas después de haber sido acusado de corrupción por la justicia estadounidense en el marco del gigante escándalo en la FIFA.
"Estoy acusado de forma injusta, pero no es sorprendente. Teniendo en cuenta lo que ocurre en el fútbol mundial es normal ser cuestionado (...) Me defenderé con la seguridad absoluta de mi inocencia. No tengo nada que esconder", afirmó Del Nero ante la comisión del Senado que investiga las cuentas de la CBF.
Presidida por el exastro y ahora senador socialista Romario, enemigo frontal de la cúpula del fútbol brasileño, la comisión ya había convocado en otras ocasiones al dirigente, que llevaba meses acechado por las sospechas de haber abusado de su puesto en la CBF para recibir sobornos. Por ello le investiga también el Comité de Ética de la FIFA.
Un cerco que se estrecha
El asedio se multiplicó después de que su predecesor y padrino político, José Maria Marin, fuera detenido en mayo en Suiza, en la primera ola del terremoto que sacudió la cúpula del fútbol mundial. Del Nero dejó entonces de viajar al exterior.
Las reclamaciones de Romario que lleva meses pidiendo su renuncia e incluso su encarcelamiento hicieron que Del Nero solicitara hace un mes una medida preventiva a la justicia para no ser detenido en caso de que la comisión le obligara a declarar. La petición fue rechazada.
La misma comisión investigadora ya había quebrado sus secretos fiscal, bancario y telefónico antes de que Estados Unidos le acusara formalmente el 3 de diciembre por corrupción y lavado de dinero. Horas más tarde, Del Nero pedía la licencia de su cargo. "Tomé la iniciativa de apartarme de la presidencia de la CBF para dedicarme a mi defensa y evitar influenciar las investigaciones", aseguró el dirigente ante la CPI.
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