El Vasco da Gama, que atraviesa un difícil momento y ocupa las últimas posiciones de la liga brasileña, se impuso ayer por 1-2 al Fluminense, le impidió alcanzar el primer lugar del torneo y aguó la fiesta preparada para Ronaldinho Gaúcho.
El dominio improductivo del ‘Flu’ sólo era roto por algunos más que esporádicos contraataques del Vasco, que en el minuto 39 acertó uno y se pudo en ventaja con un preciso cabezazo de Andrezinho. La calma que hasta ese momento mostraba el equipo local pasó a ser desesperación y presión constante y desordenada sobre el Vasco, cuya defensa cedió en el minuto 59, cuando Marcos Junior mató con el pecho el balón en el área grande e igualó con un fuerte disparo. El ‘Flu’ redobló la presión pero dejó gruesos agujeros en su zaga y en el minuto 70 les sacó provecho Jhon Cley. El resultado en la bienvenida de Ronaldinho dejó al Fluminense en los mismos 27 puntos y a dos de los líderes, pero no fue suficiente para que el Vasco da Gama saliera del grupo de cuatro últimos. EFE
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