Según avanzaron los diarios brasileños 'O Estadao' y 'O Globo', responsables de Justicia de Río de Janeiro han ordenado la suspensión del partido amistoso Brasil-Inglaterra previsto para este domingo en Maracaná.
Según esgrimen los responsables judiciales, no está asegurada la seguridad de los espectadores. Una resolución ante al que el Gobierno local ha presentado recurso por entender que todo está en regla en cuanto a las medidas de seguridad. “Ha habido un fallo burocrático y esperamos que todo se arregle", aseguran fuentes municipales”.
Este domingo 2 de junio estaba prevista la reinauguración del Maracaná tras las reformas efectuadas en el recinto. Sin embargo, con la selección inglesa ya en Río, el encuentro ha quedado suspendido aunque se intenta que se pueda disputar en otro estadio de la ciudad.
“A pesar de las innumerables solicitudes formuladas por los fiscales, los informes no fueron entregados en su totalidad sin que hasta ahora evidencien que el estadio se encuentre en condiciones de albergar partido o eventos”, recoge el fallo judicial, que demuestra que el estadio está aún en fase de construcción. La sentencia apunta a “la existencia de materiales peligrosos como piedras o baldosines y restos de material de obra que pueden ser utilizados durante posible trifulcas o enfrentamientos entre seguidores”.
Maracaná es una de las sedes donde se jugará la próxima edición de la Copa Confederaciones, que comenzará el 15 de junio.
De esta manera, y al no haberse cancelado el choque, este podría disputarse en otra fecha y variar así la fecha de la presentación (prevista para el lunes día 3) de Neymar como jugador del Barcelona.
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