Una de las más violentas barras bravas del Corinthias, “Pavilhão Nove”, está estrechamente conectada a la organización narco-sacaría PCC que surgió tras un motín carcelario en los años noventa; su principal cabecilla, Hugo Nonato, ahijado del influyente directivo del club Sergio Sánchez, está preso en Oruro. El otro grupo relacionado con el PCC, “Gaviões da Fiel” —cuyo jefe también está entre los doce brasileños que participaron en la muerte del niño boliviano Kevin Beltrán—, tiene prohibido el ingreso a los estadios de Sao Paulo por haber asesinado a dos hinchas del Palmeiras en un partido jugado en marzo del 2012. En junio del 2012, tres de estos mismos pandilleros fueron enjuiciados penalmente en Argentina tras la incautación de 50 paquetes de bengalas que hicieron explotar en La Bombonera.
Y por si fuera poco, apenas dos semanas antes de la tragedia en Bolivia, en Sao Paulo unos sicarios ejecutaron al socio de Sergio Sánchez en un negocio de lavado de dinero, que según periodistas brasileños consultados por Sol de Pando pertenecía a las estructuras extorsivas del temible “Primer Comando de la Capital” (PCC).
PROCESADO NÚMERO 13
La prensa argentina no difundió públicamente los nombres de los tres hinchas brasileños condenados en Buenos Aires por hacer uso de aquellos cohetes prohibidos en campos deportivos.
El Juez Cautelar de Oruro Julio Guarachi admitió el requerimiento de la fiscal asignada al caso, Abigail Saba, para la detención preventiva de 12 miembros que pertenecen a dos de las barras bravas más violentas del Corinthians: “Gaviões da Fiel” (Halcones Fieles), y “Pavilhão Nove” (Pabellón Nueve), esta última vinculada abiertamente desde sus orígenes al grupo narcotraficante Primer Comando de la Capital (PCC).
Entre los detenidos figuran el principal cabecilla de la barra brava “Gaviões da Fiel”, Tadeo Macedo de Andrade, y Hugo Nonato de “Pavilhão Nove”; ambos encargados de administrar los recursos financiados por la dirigencia del Corinthians (y también dineros provenientes del narcotráfico) para organizar los viajes de la violenta hinchada en los torneos internacionales, así como de distribuir los cohetes de bengala entre los demás miembros de la pandilla.
Además, la fiscal Saba imputó formalmente a Cleuter Barreto Barros (alias “Manaus”) y Leandro Silva de Oliveira (alias “Soldado”), del grupo “Gaviões da Fiel”, por haber activado el cohete que mató a Kevin Beltrán, ya que en las manos de ambos se encontraron rastros de pólvora derramados por el artefacto explosivo al momento de dispararse.
Estructuras mafiosas
Los cabecillas de la barra brava "Pavilhão Nove" vestidos de gala como invitados de honor en los actos oficiales del Club Corinthias.
La impunidad es una constante en cada una de las acciones criminales cometidas de modo reincidente por los fanáticos a sueldo del Club Corinthias, cuyas organizaciones de tipo pandillero están relacionadas casi orgánicamente con las jerarquías directivas de este Club, un rasgo común en la relación mafiosa que suelen establecer las “barras bravas” con algunas empresas deportivas que lucran con el fútbol profesional contemporáneo realizando negocios corruptos en varias partes del mundo.
Después de las fechorías cometidas en La Bombonera el 27 de junio del 2012, los pandilleros que portaban bengalas recibieron como única sentencia “donar pañales” al pediátrico Garraham y la prohibición de ingresar a los estadios de Argentina es sólo por un año. Por el asesinato cometido contra los dos hinchas del Palmeiras, tres meses antes del incidente de Buenos Aires, ninguno de los “fieles” del Corinthians recibió la sentencia justa debido a maniobras judiciales a cargo de abogados contratados por el Club.
El Corinthians de Sergio Sánchez y el narcotráfico
Sergio Sánchez, un oscuro comerciante de origen español que amasó fortuna como dirigente del Corinthians, es el principal promotor de las violentas barras bravas que hacen tristemente célebre al popular y centenario club
El actual presidente del Corinthians, Mário Gobbi Filho, un ex policía, es considerado el “Dilma Rousseuff” de Sergio Sánchez, a quien se lo pondera como el “Lula” del Corinthians al haber incorporado en la estructura de este club una “participación popular” sobre los destinos del centenario “time” (equipo en portugués).
Sánchez, un oscuro comerciante de origen español, fue fundador y presidente de la pandilla “Pavilhão Nove”, organización que surgió en septiembre de 1990 en base a presidiarios hinchas del club Corinthias en la cárcel de Carandirú, quienes dos años después, en octubre de 1992, protagonizaron el célebre motín carcelario que derivó en la brutal masacre de un centenar de presidiarios a manos de la policía militar brasileña.
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