Barcelona, de Ecuador, ganó ayer por 1-0 a un difícil Palmeiras, de Brasil, que pugnó por el empate hasta casi el final del encuentro, cuando cayó el gol del cuadro guayaquileño en el partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores.
El ansiado gol del triunfo ecuatoriano llegó en los minutos de reposición fruto de la presión que ejerció, sobre todo el atacante uruguayo Jonathan Alvez, que sacó un remate calculado que hizo reventar al estadio Monumental de Guayaquil, al minuto 91. El partido resultó atractivo por la manera como lo encararon ambos equipo, de manera especial, en los últimos minutos de parte del local, que buscó por todos los medios para quedarse con el triunfo.
El primer tiempo, si bien se generó solo una opción clara de gol, resultó agradable por el buen trato de pelota de uno y otro equipo para mostrar un fútbol entretenido. El orden, buena entrega de pelota y precisión para cerrar los espacios a los atacantes de Barcelona, fueron argumentos básicos en la propuesta de Palmeiras, teniendo en Ze Roberto al elemento que desahogó a su defensa de la presión que a momentos ejerció Barcelona. La única ocasión de gol de Palmeiras y del primer tiempo la tuvo Willian, con un disparo cruzado y rasante que pasó junto al vertical derecho, al minuto 20. El portero Prass salvó su arco, bloqueó un disparo desde corta distancia de Xavier Arreaga, al minuto 47. Máximo Banguera también salvó a su equipo, rechazó con dificultad un violento disparo, desde corta distancia, al minuto 74.
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