El Santos brasileño celebró el centenario de su fundación con una fiesta deportiva y musical en el estadio Vila Belmiro, que fue encabezada por su eterno ídolo Pelé y por Neymar, el principal jugador del actual campeón de la Copa Libertadores.
La programación comenzó temprano con un partido entre los ex jugadores del Santos, disputado ante unos 2.000 espectadores y en el que diez aficionados fueron invitados para completar los equipos.
Entre los ex jugadores figuraron Manoel María, Abel, Clodoaldo, Alberto, Oberdan, Jamelli, Nené Belarmino, Marcelo Passos y Marcio Fernandes.
Después del partido y cuando el estadio estaba ya casi colmado, el legendario Edson Arantes do Nascimento ’Pelé’ llegó al escenario deportivo en un helicóptero que aterrizó en la mitad de la cancha.
Pelé, con el trofeo de la Copa Libertadores 2011 en sus manos, fue recibido por los directivos y las autoridades de la ciudad.
Después de la ovación a ’O Rei’ siguió el turno de protagonismo para Neymar, el joven astro del Santos quien se robó la atención en un inédito partido del equipo profesional contra cien niños.
El partido denominado "Nos contra a rapa" (nosotros contra el que sea), una expresión común en el fútbol de barriada brasileño, terminó con un empate 2-2 en los treinta minutos de juego.
El zaguero y capitán Edú Dracena y el centrocampista Paulo Henrique Ganso anotaron para el Santos, que debió esforzarse para superar a los cien chiquillos rivales.
Neymar, que fue asediado siempre por los gestos de admiración de sus pequeños adversarios, algunos más interesados en tenerlo de cerca que en el propio desenlace del partido, recibió una tarjeta amarilla por simular que le mostraba una cartulina de amonestación al árbitro del encuentro.
El atacante, declarado en el 2011 por la prensa internacional como el mejor jugador en las canchas del continente, iba a ser sustituido, pero el público le pidió que permaneciera en el campo.
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