Se acabó. Ronaldinho no volverá a vestir la '10' del Flamengo. La eliminación en las semifinales de la Copa Río ante el Vasco da Gama (3-2) debe haber sido su último partido en el club rubronegro. Su futuro está lejos de Río y de su país.
Indisciplina total. El castillo de naipes se desmoronó. En este inicio de 2012, R10 ha dilapidado su crédito ante la directiva y la “torcida” del club más popular de Brasil. Lo suyo ha sido una colección de actos de indisciplina y pasotismo. En enero, empezó borrándose de los entrenamientos matinales de la pretemporada alegando insomnio, después fue cazado con una mujer en el hotel donde el Fla hacía el stage, le echó un pulso a Vanderlei Luxemburgo y con el apoyo de la presidente Patricia Amorim lo ganó. Bajo la dirección de un técnico paternalista como es Joel Santana, se dedicó más que nunca a la “dolce vitta”. Ronaldinho es el líder de un equipo a la deriva, en que solo Vagner Love aporta de frescura y brillo.
El Fla se ha hundido. En la Copa Libertadores, ha sido el único club brasileño que no ha superado la fase de grupos. Y eso, que el equipo carioca quedó encuadrado con rivales inexpresivos. El Campeonato Carioca no ha sido su salvavidas. El Fla fue incapaz de clasificarse para disputar la final de la Taça Guanabara, ni de la Taça Río. En las dos ocasiones, cayó en semifinales ante Vasco.
Vacaciones. Ahora el club rubronegro está de vacaciones forzadas hasta el 20 de mayo cuando empieza la Liga brasileña. Un mes que será una eternidad. La directiva ya habla abiertamente de "reformulación" de la plantilla. Ronaldinho el disparadero.
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