El Mundial de Clubes de Japón 2011 pudo haber sido el del duelo generacional entre el considerado como mejor jugador del pasado (Pelé) y el actual (Lionel Messi), si se hubiera cumplido el deseo del presidente del Santos, que quería contar con O Rei en su plantel.
A principios de agosto, Luis De Oliveira Ribeiro, el presidente del club brasileño, sorprendió al mundo con una propuesta que parecía una broma pero que no lo era: convocar a Edson Arantes do Nascimento, Pelé, de 71 años de edad, para el Mundial de Clubes, con la posibilidad de jugar incluso algún minuto.
Un eventual duelo Pelé-Messi en la final hubiera supuesto una imagen para la historia del fútbol, pero el brasileño, dos veces campeón de la Libertadores y de la Copa Intercontinental con el Santos (1962 y 1963), rechazó la invitación.
“El presidente del Santos hizo la propuesta, pero se la hizo al público, no a mí. Hay que pensar esas cosas con calma”, dijo Pelé, declinando el ofrecimiento y recordando que no está en forma y que se retiró como jugador en 1977, hace casi 35 años, tras una corta etapa con el Cosmos del Nueva York estadounidense.
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