Unos cien hinchas del club Corinthians brasileño insatisfechos con el desempeño del equipo invadieron ayer el centro de entrenamientos en que el conjunto trabajaría y obligaron al técnico Mano Menezes a cancelar la actividad y a atender una delegación de manifestantes.
Los hechos ocurrieron en el Centro de Entrenamientos Joaquim Grava, de la ciudad de Sao Paulo, y obligaron a la dirección del Corinthians a llamar a la policía para desalojar a los aficionados más exaltados.
Los hinchas rompieron una cerca metálica e invadieron la cancha en que los jugadores del club más popular de Sao Paulo se entrenarían, así como el gimnasio en que trabajarían.
Los aficionados, insatisfechos principalmente por la goleada por 5-1 que el Corinthians encajó en su visita al Santos la semana pasada por el Campeonato Paulista, exigieron hablar con algunos de los jugadores.
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