viernes, 23 de octubre de 2015

Pelé, el rey del fútbol, cumple 75



Pelé, el rey del fútbol, celebra hoy sus 75 años de vida sobrepuesto de una salud debilitada en los últimos años y en la intimidad de su familia, lejos de los festejos rimbombantes con los que muchos de sus admiradores querían conmemorar la efeméride del eterno ídolo.

El récord de 1.281 goles en 1.363 partidos, un reconocimiento en todo el planeta; innumerables premios, galardones y homenajes; películas y canciones inspiradas en su trayectoria y un talento único en la cancha resumen los tres cuartos de siglo de fama y gloria de Pelé.

Fue durante el Maracanazo, como se recuerda a la “trágica” final del Mundial de 1950 en la que Brasil perdió ante Uruguay por 2-1, cuando, con tan solo ocho años, Edson Arantes do Nascimento Pelé se prometió a sí mismo ser una estrella en el fútbol.

Pelé cuenta que su padre, también futbolista, no pudo contener las lágrimas ante la derrota que estremeció a toda una nación y el entonces chiquillo le dijo a su primogénito: “No llores papá, que yo voy a ganar una Copa del Mundo para ti”.

Dicho y hecho. En 1958, con 17 años, el eterno “10” brasileño fue pieza clave en la final del Mundial de Suecia, en la que Brasil se impuso por 2-5 sobre el local, con dos goles del adolescente Edson. Brasil coronaba a su nuevo rey, quien con sus lanzamientos a puerta desde medio campo, sus regates sin tocar el balón y sus paradas antes de patear un penal mostró al mundo que el fútbol también era cosa de pobres y negros.

Con la selección, después de la gloria en 1958, Pelé disputó el Mundial de Chile 62 y tuvo que celebrar el título fuera de la cancha por una lesión. Inglaterra 66 fue un torneo para olvidar, pero O Rei volvió con más fuerza en México 70, cuando muchos no creían que a sus 30 años sería el gran bastión de esa Copa del Mundo.

Dedicó prácticamente toda su carrera al Santos brasileño, equipo en el que jugó 18 años de su carrera, anotó 1.091 goles y se retiró el 3 de octubre de 1974 antes de irse para el Cosmos estadounidense, en el que militó hasta su retirada definitiva, en 1977, en el primer gran paso para profesionalizar el soccer en Norteamérica.

Fue en esa época cuando a Pelé le extirparon un riñón como consecuencia de una lesión sufrida en Santos, una noticia que apenas fue conocida años después a raíz de una infección urinaria que le llevó a permanecer ingresado en el hospital varias veces en 2014 y 2015.

Su inconfundible talento fue descubierto a los 11 años por el futbolista Waldemar de Brito, quien en 1956 lo llevó al modesto Baurú, club del interior de Sao Paulo, y lo presentó como el “niño que será el mejor jugador de fútbol del mundo”. Y no estaba equivocado. Décadas más tarde, la FIFA le coronó como el mejor atleta del siglo XX.

Tres años más tarde, varias ciudades querían festejar el milésimo gol de Pelé sin importarle a los aficionados que fuese anotado contra su propio equipo, incluso llegando a abuchear a porteros y defensores locales que evitaron la histórica anotación.

Pero fue en el mítico estadio Maracaná, en un partido contra el Vasco da Gama, cuando Pelé consiguió esa marca personal y se la dedicó a todos los niños. Tras colgar las botas, Pelé fue embajador de la ONU y ministro de Deportes del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-1998); probó su faceta de cantante, hizo cine y se lucró con publicidad.

El tres veces campeón mundial se casó en dos oportunidades y tiene siete hijos reconocidos, entre ellos el exportero Edinho, con problemas con la justicia. Otro hijo, Joshua, y un nieto, Octavio Felinto, intentan seguir en el mundo del fútbol sus pasos. Es precisamente con la familia, lejos de homenajes y fiestas, con la que Pelé viajó a su hacienda en el interior del estado de Sao Paulo para celebrar hoy en la intimidad su cumpleaños 75, según anunció a EFE su oficina de prensa.


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