miércoles, 9 de julio de 2014

Un nuevo trauma parecido al de 1950



La humillante derrota del pentacampéon del mundo Brasil ayer en casa frente a Alemania, por 7-1, tiene ribetes de nuevo trauma nacional en “el país del futebol”, donde el deporte rey es componente fundamental de la identidad nacional.

Lágrimas por doquier, rostros abatidos e incrédulos de jugadores e hinchas: como en 1950, una nube negra cubrió el cielo del estadio Mineirao y se extendió sobre todo el país de 200 millones de hinchas desde antes del primer tiempo del partido, cuando Alemania vencía ya por 5-0. Tras el descanso, hubo aún tiempo para otros dos goles que los alemanes festejaban tímidamente, como si tuviesen vergüenza ajena.

La peor derrota en la historia de Brasil en Copas del Mundo recuerda forzosamente el ‘maracanazo’ del Mundial de 1950, cuando perdió contra todo pronóstico en la final contra el pequeño Uruguay por 2-1. Ese 16 de julio de hace 64 años, los 200.000 hinchas del mítico estadio quedaron en silencio, el rostro bañado en lágrimas, un recuerdo que atormenta aún a los brasileños.

La seleçao no consiguió exorcizar ese demonio de 1950 en el Mundial 2014, y acumula una nueva tragedia, no solo deportiva, en su segunda Copa celebrada en casa, donde el fútbol es religión. “Parecía un partido de adultos contra niños (...) Nunca jamás el fútbol brasileño vivió una humillación semejante”, escribió en su blog tras el partido el analista deportivo Juca Kfouri, una de las mejores plumas del periodismo deportivo brasileño. Pero varios expertos aseguran que el ‘mineirazo’ no llega a la amplitud del ‘maracanazo’ de 1950.

“En 1950 sentíamos que había un equipo imbatible y perder en el Maracaná era impensable. Hoy no, por el contrario, sabíamos que teníamos una selección con varias fallas y que quizás no llegaba a la final. ¿Fue una humillación nacional? Sí, por la cantidad de goles, pero no fue un nuevo ‘maracanazo’”, dijo el analista Michel Castellar, de Lance, el principal diario deportivo de Brasil. “Esto no provocará una conmoción como la de 1950”, agregó. Brasil es el país que ha ganado más Copas del Mundo (5), y es venerado más allá de las profundas barreras sociales y raciales.

El gigante sudamericano elevó el fútbol a la categoría de arte con su jogo bonito y sus jugadores de leyenda: Pelé, Garrincha, Zico, Sócrates, Ronaldo, Romario... Sin hablar de la última joya nacional, Neymar, convertido en mártir en esta Copa tras sufrir una fractura en una vértebra lumbar en el partido de cuartos de final contra Colombia.

La fuerza del fútbol ha contribuido a apagar casi completamente las protestas callejeras anticopa y en reclamo de más salud, educación y transporte que muchos temían durante el Mundial, tras la revuelta social de junio de 2013, durante la Copa Confederaciones.

Pero tras la derrota, muchos hinchas comenzaron a preguntarse otra vez si valió la pena gastar 11.000 millones de dólares en la Copa para terminar así. No obstante, algunos expertos aseguran que el trauma será menor porque muchas cosas han cambiado en seis décadas.

Los datos

Violencia

Varios autobuses del servicio público de transporte de Sao Paulo fueron quemados anoche, informó la Policía brasileña.

Saqueo

Una tienda de una cadena de electrodomésticos fue saqueada en la popular zona este de Sao Paulo. “Invadieron y saquearon la tienda", confirmó la Policía.

¿Ligado?

Las autoridades no confirmaron que el incendio esté ligado al resultado del partido, ni informaron del número de buses quemados. La Policía Militar de Sao Paulo, por su parte, solo indicó que hubo un incendio en un garaje de la zona sur de la ciudad.

Reacciones

Los 20.000 hinchas brasileños que llenaron la Fan Fest montada por la FIFA en Río de Janeiro para conmemorar la que se esperaba fuese la clasificación a la final del Mundial comenzaron a abandonar el recinto antes de que terminara el primer tiempo. Los residentes no tenían cómo esconder el llanto y la vergüenza.

Al piso

Algunos arrojaron sus camisetas verdeamarillas al piso, en donde también quedaron las banderitas y toda la decoración, y lloraron abiertamente, en tanto que otros escondían la frustración con comentarios irónicos y hasta burlones sobre la goleada, y hasta chistes miles de veces reiterados en las redes sociales.

Las dos caras

Las reacciones a la histórica goleada por 7-1 fueron las más variadas, desde los que rezaban a la espera de un milagro, los que se sentían mal y tenían que ser trasladados a la enfermería, y los que se sumaron a los gritos de “olé”. La Policía tuvo que intervenir en algunos conatos de pelea de los más exaltados.

Festejo alemán

Miles de alemanes celebraron ayer en las calles por el pase a la final con goleada, a pesar de que la lluvia cayó con fuerza en buena parte del país. Cientos de cohetes estallaron en la noche antes incluso de que acabara el encuentro, cuando Kedhira marcó el quinto gol de Alemania antes del descanso e hizo prácticamente irreversible la victoria.


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